El constructivismo tiene como fin que el estudiante
construya su propio aprendizaje, por lo tanto, según Maya (1996) asegura que el
maestro en su rol de mediador debe apoyar al educando para:
Enseñarle a pensar: Desarrollar en el alumno un conjunto de
habilidades cognitivas que les permitan optimizar sus procesos de razonamiento.
Enseñarle
sobre el pensar: Animar a los alumnos a tomar conciencia de sus propios
procesos y estrategias mentales (metacognición) para poder controlarlos y
modificarlos (autonomía), mejorando el rendimiento y la eficacia en el
aprendizaje.
Enseñarle sobre la base del pensar: Quiere decir incorporar
objetivos de aprendizaje relativos a las habilidades cognitivas, dentro del
currículo escolar.
El papel del maestro desde la perspectiva constructivista,
se orienta bajo la figura de guía y "provocador" de situaciones de
aprendizaje, en las que el participante dude de sus propias ideas y sienta la
necesidad de buscar nuevas explicaciones, nuevos caminos que vuelvan a satisfacer
esos esquemas mentales, los cuales, han sido configurados por la interacción
con su medio natural y social. Según Moraga comenta que el maestro desde
este enfoque debe orientarse a:
Parte de lo que el educando puede y lo alienta, lo escucha,
orienta y motiva.
Trabaja para
la autoformación más que para corregir.
Ofrece un
equilibrio entre estimulo y autoridad.
Motivar el
respeto mutuo.
El rol del
profesor es ser un facilitador que guía al alumno a organizar y establecer
relaciones de contenidos. Esto implica que el contenido debe ser relevante,
novedoso, funcional y bien estructurado para que pueda ser memorizado y
aprendido de manera comprensiva y no mecánica.
Diagnostica
permanentemente el estado emocional, el nivel cognoscitivo y los intereses del
alumno.
Usa
terminología cognitiva tal como: Clasificar, analizar, predecir, crear,
inferir, deducir, estimar, elaborar, pensar.
Fortalece el
razonamiento.
Desafía la
indagación haciendo preguntas que necesitan respuestas muy bien reflexionadas y
desafía también a que se hagan preguntas entre ellos.
Garantiza un
continuo desafío, para que el niño, a partir de los desequilibrios, construya
nuevas estructuras intelectuales.
Es promotor
de la autonomía intelectual y moral de los alumnos.
El profesor
luego de facilitar puentes entre lo previo y lo nuevo, ofrece estructuras y
estrategias que le permiten al alumno aprender de manera cada vez más autónoma,
interactiva y bajo su propio control.
Por otro lado, Moraga asegura que el rol del
estudiante Constructivista debe considerarse como:
Es un sujeto
constructor activo de su propio conocimiento.
Debe estar
motivado y construye conocimiento al dar sentido a los conceptos a partir de su
relación con estructuras cognoscitivas y experiencias previas. Es decir, que el
alumno es responsable de su proceso de aprendizaje porque está en permanente
actividad mental no solo cuando descubre y experimenta sino también cuando escucha al profesor.
Se propicia
la interacción entre alumno y profesor. Propone soluciones.
Debe estar
activo y comprometido. Aprende y participa proponiendo y defendiendo sus ideas.
El aprendiz
selecciona y transforma información, construye hipótesis y toma decisiones
basándose en una estructura cognitiva.
El sujeto
posee estructuras mentales previas que se modifican a través del proceso de
adaptación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario